Día 04: (09/10/1556 – 16/07/2022) De Agüera a Medina de Pomar: El secretario navarro de Carlos V
Martín de Gaztelu, el secretario navarro de Carlos V
Esta jornada ha sido la más tranquila. La ruta descendía apaciblamente por la merindad de Montija, por un paisaje completamente diferente al de la travesía de los valles cantábricos. Habían desaparecido las nasas y las ferrerías, para aparecer los molinos cerealeros. Bueno, casi habían desaparecido también los mismos ríos. Los volveríamos a encontrar, mayores y crecidos, según nos acercábamos al Ebro.
También había sido tranquilo para el emperador su entorno. Cada día aparecían nuevos nobles y señores a presentar sus respetos. Incluso alguno de los que habían quedado enfermos se recuperaban y reincorporaban a la comitiva. El correo que todos los atardeceres traía noticias de las dos reinas, que cubrían sus etapas con un día de retraso, no anunciaba probemas.
La intendencia de la princesa Juana también empezaba a funcionar regularmente y abastecer las necesidades de la gran comitiva. La noche anterior se había recibido un CARRO DE PESCADO XXXXXXXXXXXXXXX
Y si faltaba algo, podría encontrarse al final de esta jornada. Llegábamos a la primera población importante, Medina de Pomar. Contaba por entonces con unos trescientos vecinos, y varias casas de importancia, además de su alcázar, un monasterio y un hospital. Las estrecheces del aposentamiento se habían acabado. El emperador, aunque impaciente por llegar a Burgos, a Valladolid y, sobre todo, a Yuste, siguió los consejos de su secretario y decidió tomar un día de descanso en esta villa.
No parecía la ruta más directa, que pasaba por Villarcayo, por lo que llegar hasta Medina era una desviación. Pero como me dijo uno de los alguaciles, Villarcayo era entonces un pequeño poblado, con diez veces menos vecinos que Medina. Para descansar de las primeras etapas y reabastecerse era mucho más conveniente, amén de las exhortaciones del condestable, señor de esta villa, para mostrar su hospitalidad.
Bueno, parece que hubo otro motivo más mundano pero no menos importante. Las huertas medinesas proporcionaron abundantes melocotones y melones, frutas que el emperador comió en abundancia. había llegado además varios carros con provisiones, entre ellas un gran atún fresco. Bueno, lo fresco que podía encontrarse el pescado a esa distancia de la mar. Carlos V mandó que se lo preparasen y se pegó un atracón que le sentó bastante mal.
Pero volvamos a la ruta entre Agüera y Medina. En esta ocasión fue Martín de Gaztelu quien se me aproximó haciendo ver que quería conversar. Para facilitarlo se bajó del caballo y se puso a caminar junto a mí. Yo estaba como un niño con zapatos nuevos. No podía creer que un recién llegado de un tiempo ignoto, fuera así recibido por los principales ayudantes de la corte.
EMPIEZA CON LO DE NAVARRA curiosidad y uego la poliica
LUEGO QUIERE TATEARME SBRE O QUE ME DIJO
PERO PSO A SER DURECT Y SE LO DIGO
EL RESOPL ACON CIERTO ALIVIO ?TEDRIA ROBLEMAS MAS GRAVES? Y ME EXPLICA EL ESTADO DEL TESORO
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