¿Habíais oído hablar alguna vez de la existencia de un segundo Ebro?

Pues lo hay. Y en la cultura universal llegó a ser más conocido que el nuestro. Para presentároslo vamos a comenzar con…

LA LECTURA DEL DÍA

Sonetos de del poeta y filósofo italiano Petrarca (1304-1374)

Soneto 148 (según otras versiones es el 114)

Está escrito en lengua toscana; para una mejor comprensión he puesto una traducción después (y para una aún mejor comprensión de la dificultad de traducir poesía he puesto dos).

Non Tesin, Po, Varo, Arno, Adige, e Tebro,

Euphrate, Tigre, Nilo, Hermo, Indo, e Gange,

Tana, Histro, Alpheo, Garona; e’l mar, che frange,

Rhodano, Hibero, Rhen, Sena, Albia, Hera, Hebro;

Non Hedra, Abete, Pin, Faggio, o Genebro,

Poria il fuoco allentar, che’l cor tristo ange;

quant’un bel rio, ch’ad ognihor meco piange

Con l’arboscel, che’n rime orno e celebro,

Quest’un soccorso truono tra gli assalti

D’amore; onde convien ch’armato viva

La vita, che trappassa a si gran salti;

Cosi cresca il bel lauro tu frescha riva;

Et chi’l pianto, pensier leggiadri e alti

Ne la dolce ombra al suon de l’acque scriva.

.

traducciones (la de la izquierda es de Henrique Garcés, de 1591, de la otra desconozco el traductor) :

No Varro, o Po, Tesin, o Histio, o Hebro,

Eufrates, Nilo, o Ganges, Indo, o Rhona,

Tigris, Tajo, o Alfeo, Sena, o Garona,

Hibero, Adige, o Arno, Tana, o Tebro

ni yedra, pino, o cedro, haya, o henebro

menguar pueden el fuego en mi persona

cuanto un chico arroyuelo que aquí asona

y el árbol qu’en diez mil versos celebro

Sólo esto me socorre en los asaltos

de amor, esto conozco claramente

que basta mitigar mi pena esquiva.

Crezca este Lauro visivamente,

y el que aquí lo plantó conceptos altos

a su sombra y al son dest’ agua escriba

Po, Arno, Tesino, Varo, Adigio y Tebro,

Eufrates, Tigris, Nilo, Hermo, Indo y Era,

Ródano, Sena, Alfeo y la mar fiera,

Rin, Danubio, Albia, Ganges, Don y el Ebro,

y yedra, abeto, pino, haya o enebro

no pueden mitigar en mí la hoguera

cual la corriente que es mi compañera

de lágrimas, y el árbol que celebro

Sólo esta ayuda encuentro en los asaltos

de Amor, y es fuerza, pues, que armado viva

la vida que transcurre a grandes saltos.

Crezca el verde laurel en fresca riba,

y aquel que lo plantó conceptos altos

bajo su sombra al son del agua escriba

En la traducción aparece el Ebro con el nombre que conocemos. Pero en el original (cuarta línea) hay un «Hibero» y un «Hebro«. Por si fuera poco en la primera surge el «Tebro».

De este último la explicación es sencilla: es el Tíber romano.

El «Hibero» es nuestro Ebro. Pero entonces ¿qué hace el otro «Hebro»? Para uno de los traductores españoles no parece tener importancia, pues lo ha ignorado o, quizás, los ha reunido.

Pero sí existe un río Hebro y es relevante. El mismo Petrarca lo cita en otros sonetos

«…tra Pento y Hebro«, (entre el Pento y el Hebro)

Ambos son dos ríos de Grecia, cargados de mitología, el primero estaba en la Tesalia y es donde Apolo versó su amor por Dafne. En cuanto al quasi homónimo Hebro, era un río de la Tracia, famoso por la muerte de Orfeo.

Cuenta el mito que las ménades o ninfas, ligadas al dios Baco, mataron y despedazaron a Orfeo. Hay variantes sobre las razones que tuvieron, tema que daría para un buen relato y no pocos debates. En lo que parece que hay acuerdo es en que, luego de acabar con él, tiraron su cabeza y su lira al río Hebro. Ambos bajaron flotando por la corriente mientras entonaban una triste música, que era respondida por las orillas del río en lastimera sinfonía.

No es este el Ebro que me acompaña, aunque quizás esta noche intente escuchar los ecos de esas músicas.

En el mundo culto este Hebro llegó a ser más conocido que nuestro Hibero. Es citado por el mismo Virgilio.

Más tarde incluso lo cita un escritor navarro, el Padre Moret (1615-1687). En una curiosa obra titulada ni más ni menos que «El bodoque contra el propugnáculo histórico y jurídico del licenciado Conchillos«, habla de Adrianópolis, ciudad situada a orillas del trágico río tracio. Advierte, sin embargo, a sus lectores para que «no se confunda con el de Tudela, no tengamos otro propugnáculo sobre el caso«. El tal Conchillos, ebreño tudelano, respondió llamando a Moret el «trifauce cerbero«… pero dejémoslo, que el papel de los afluentes es el de henchir el río y no el de alejarse de su cauce.

(Para ahorraros la visita al viejo diccionario que he tenido que hacer os avanzo que el «bodoque» era una especie de bala de barro endurecido que se disparaba con las ballestas; «propugnáculo», era un elemento de defensa avanzada en una fortificación)

(Y para los mas curiosos, este río sigue evidentemente existiendo y sus aguas siguen creando música, pero ahora se llama Maritsa -a veces aún se le conoce como Evros- y está en Bulgaria)

Orfeo -de cuerpo entero- tocando la cítara. Mosaico de una casa romana de Zaragoza. ¡Mejor le hubiera ido a orillas de este Ebro! (imagen: museo de Zaragoza)